Consentimiento basado en el deseo
Consentimiento basado en el deseo
El consentimiento es un acuerdo entre dos o más personas para hacer algo de manera voluntaria, sin presión ni coerción de ningún tipo, de manera libre y deseada. Acceder a que te corten el pelo, a que te pongan una inyección o abrir la boca para que te den de comer si necesitas asistencia, son situaciones en las que el consentimiento es clave. Cuando alguien nos pide permiso para hacer algo con nuestro cuerpo, tenemos derecho a decir que no, si así lo sentimos.
De la misma manera, debemos asegurarnos de que las personas con quienes nos involucramos desean lo que está ocurriendo. Escuchar y respetar su respuesta es muy importante. Un silencio de la otra persona o una postura corporal tensa, puede estar indicando incomodidad por el motivo que sea.
Pero, ¡atención!, el consentimiento no es algo tan simple, tiene muchos matices, a continuación te contamos algunos ejemplos en los que parece que hay consentimiento pero no lo hay:
- Puede ocurrir que accedamos a hacer algo para complacer o agradar a la otra persona y no desearlo.
- Puede ser que en un principio nos apetezca hacer algo y luego se nos pasen las ganas, pero nos dé reparo comunicar que hemos cambiado de idea.
- Puede darse una situación de desequilibrio de poder, en la que ocupamos un rol de sumisión con respecto a la otra persona o personas, y no consigamos expresar lo que deseamos.
La Educación Sexual, entre otras muchas cosas, nos sirve para comprender que nuestros placeres, nuestros deseos y nuestro cuerpo, son importantes y que tenemos el poder de decidir sobre ellos. Algunas cosas como la inexperiencia, las dinámicas y situaciones de poder, la timidez, la falta de habilidades para comunicarnos, estar en un estado de baja autoestima, etc., pueden hacernos más difícil poner límites.
Por eso, si nos damos cuenta de que no queremos algo, tenemos derecho a cambiar de opinión. A veces pensamos que la otra persona podría enfadarse ante nuestra negativa, pero independientemente de si esto ocurre o no, tenemos que dar importancia a nuestro sentir y poner nuestra decisión en primer lugar.
Los ingredientes del consentimiento
Para que el consentimiento sea verdadero, tiene que ser:
- Como ya sabemos, lo primero es el deseo, en este caso, de querer compartir una experiencia sexual con otra(s) persona(s).
- Recíproco. Todas las personas involucradas han de desearlo.
- Específico. Una persona puede desear hacer una práctica en concreto pero no otra. En un encuentro erótico, el consentimiento no es ampliable a todas las prácticas, sino que cada una debe ser explícitamente deseada y consentida.
- Podemos cambiar de idea en cualquier momento. El deseo es muy cambiante y son muchos los factores que entran en juego durante un encuentro erótico.
- Asegurarnos de que estamos en una situación libre de presión, chantaje, manipulación o cualquier conducta que coarte la libertad de decisión de las personas involucradas.
- Algo muy útil es llegar a acuerdos a través de la comunicación asertiva y la escucha empática.
Mi deseo es importante porque yo soy importante
Nuestros deseos surgen de la interacción, no siempre sabemos lo que queremos, a veces descubrimos cosas que no sabíamos que nos podían gustar, a veces descubrimos lo que queremos solo cuando lo hacemos. Por eso, puede resultar confuso o poco nítido en ciertos
momentos, tanto para nosotras y nosotros mismos, como para la(s) otra(s) persona(s) y es común que suceda, pues no siempre sabemos lo que queremos y no siempre podremos decirlo con claridad. Por eso es importante la comunicación, incluso ante las dudas, para favorecer una mejor experiencia.