La Dra. Esther Ngumbi es científica entomóloga y su investigación se centra en comprender las asociaciones de beneficio mutuo entre las bacterias del suelo, los insectos y las plantas.
Considera que todas y todos tenemos derecho a vivir una vida digna y utiliza su educación e intelecto para mejorar la vida de las poblaciones más vulnerables. Le impulsa su compromiso con el desarrollo de Kenia, África y el mundo.
En la actualidad es profesora asistente en la Universidad de Ilinois. Es miembro de la Academia Nacional de Inventores. Posee tres patentes estadounidenses por su investigación sobre aspectos básicos y aplicados del uso de inoculantes microbianos para promover el crecimiento en cultivos y mejorar su tolerancia al estrés por sequía. También ha fundado la empresa Oyeska Greens, centrada en la agricultura que empodera a los agricultores en la costa de Kenia, y es co-fundadora (con sus padres) de la Academia Dr. Ndumi Faulu, una escuela primaria en la costa de Kenia.
¿Qué le movió a dedicarse a la entomología?
Mi familia se dedicaba a la agricultura desde que yo era pequeña. Disfrutaba yendo a la granja, tocando el suelo, cultivando. Así, a la edad de siete años, decidí llevar a cabo mi propio cultivo. Para ello pedí un trozo de tierra, y mis padres decidieron darme una franja a lo largo del río en la que planté coles. Cada día acudía allí para ver su progreso y, poco a poco, las coles fueron surgiendo verdes y brillantes.
Un día llegaron las lluvias, y el nivel del río se elevaba cada día más y más, hasta que inundó las coles y destruyó mi pequeña granja. A medida que fui creciendo, me di cuenta de lo insalubre que era nuestra tierra. Luchamos contra los insectos y las escasas lluvias, y a menudo terminamos sin cosechar, lo que significaba que pasamos hambre, pero nos mantuvimos en ello. La agricultura era nuestro medio de vida, cualesquiera que fueran los desafíos que nos encontrábamos. También observé cómo mis vecinos y miembros de la comunidad pasaban por los mismos desafíos agrícolas.
Esta situación me motivó a cursar una carrera en agricultura y entomología. Sentí interés en realizar una carrera que me permitiera estudiar estos insectos, las enfermedades que causan y descubrir cómo podemos usar el conocimiento sobre su comportamiento para modificar los sistemas plantas-insectos con el fin de reducir sus estragos. En concreto, quería poder contribuir a la seguridad alimentaria y a la agricultura. En un hermoso día de verano, el 6 de agosto de 2011, me gradué de la Universidad de Auburn con un doctorado en Entomología. Hoy en día, soy entomóloga y mi principal objetivo es desarrollar caminos sostenibles para aumentar la productividad alimentaria. Sólo así podremos acabar con el hambre de una vez por todas. He tenido la oportunidad de trabajar con mi comunidad en Kenia y ayudar a mejorar la productividad agrícola y la seguridad alimentaria. Sigo trabajando para crear un futuro en el que todos tengan seguridad alimentaria.
¿Qué barreras te has encontrado y cómo las has superado?
Yo diría que he tenido suerte en mi viaje. Quizás, se deba a mi naturaleza optimista, veo los obstáculos como oportunidades que me permiten crecer y mejorar. Pero a medida que avanzo en mi carrera, cada vez soy más consciente que somos pocas, especialmente las mujeres de color. Esto hace que me sienta sola y me lleva a seguir trabajando duro para cambiar esto.
¿Crees que hay diferencias entre ser una mujer o un hombre científico?
Creo que hay diferencias. Pero, nunca he sido menospreciada por parte de mis compañeros varones. Más bien, he tenido mentores masculinos increíbles que han continuado tendiéndome la mano en mi viaje académico. También me han apoyado, especialmente porque no soy una científica tradicional. Me han ayudado a combinar la ciencia con mis otras pasiones, como la mentoring, la comunicación científica y el apoyo a mi comunidad. Pero, he tenido muchas colegas que han contado que han sido subestimadas por sus colegas masculinos. Creo que el futuro será diferente. A medida que las mujeres vayan ascendiendo y cerremos la brecha de género en la ciencia, el panorama debería ser diferente. Una vez más, soy una persona muy optimista y siempre elijo ver los obstáculos como oportunidades para brillar; realmente los he utilizado y he convertido cada desafío en una oportunidad para ser mejor , ¡hacer más y brillar!.
¿Qué le dirías a una chica que sueña con ser científica, empresaria y activista como tú?
¡Si, tú puedes! Tú puedes ser lo que quieras. Alcanza tu estrella. Rompe el techo de cristal. Sé constante. Trabaja duro. Cree en ti misma. Encuentra mentores y modelos a seguir en la carrera que tú elijas, ya sea en el campo de la ciencia, como empresaria o en cualquier otro ámbito; desea serlo y permite que ellas y ellos te tiendan la mano en el camino. Nunca dejes que nadie te desanime, o te diga que la ciencia o cualquier cosa que quieras alcanzar es difícil y sobre todo, disfruta del camino.
¿Hay alguna científica africana que inspire tu trabajo o tu trayectoria?
Me inspira la Dra. Agnes Kalibata. Recibió su doctorado en entomología en los Estados Unidos y ahora es presidenta de la “Alliance for a Green Revolution” en África. También me inspira mucho la ganadora del Premio Nobel y difunta profesora, la Dra. Wangari Maathai. Me siento inspirada por todas las mujeres de color que están triunfando en carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería and Matemáticas, en sus siglas en inglés) y en otras carreras, a pesar de los muchos obstáculos. Y lo que es más importante, admiro a los científicos y científicas que aplican sus conocimientos para resolver los desafíos mundiales actuales, entre los que se incluyen el hambre, la pobreza y el cambio climático.