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Hellen Hadia, una joven en Sudán del Sur, se ha convertido en un símbolo de esperanza en un lugar donde dar a luz es un desafío lleno de riesgos.
Amref Health Africa/Steve Kagia/2024
Hellen Hadia, ahora una partera en ejercicio en un hospital rural de Mvolo, Sudán del Sur, fue simplemente inspiradora. Hace dos años, cuando conocimos a Hellen por primera vez, era una estudiante llena de esperanza en el Instituto de Ciencias de la Salud de Maridi, soñando con marcar la diferencia en su comunidad. Hoy, aún conserva esa sonrisa optimista y su ingenio característico, pero con mayores responsabilidades.
Hellen Hadia, ahora una partera en ejercicio en un hospital rural de Mvolo, Sudán del Sur, fue simplemente inspiradora. Hace dos años, cuando conocimos a Hellen por primera vez, era una estudiante llena de esperanza en el Instituto de Ciencias de la Salud de Maridi, soñando con marcar la diferencia en su comunidad. Hoy, aún conserva esa sonrisa optimista y su ingenio característico, pero con mayores responsabilidades.
Amref Health Africa/Steve Kagia/2024
Sudán del Sur, una nación marcada por conflictos y pobreza extrema, tiene uno de los índices de mortalidad materna más altos del mundo. Sin embargo, Hellen decidió no solo ser una espectadora de esta tragedia, sino una agente de cambio. Estudió en el Maridi Health Sciences Institute, donde además de adquirir conocimientos médicos, asumió la responsabilidad de asistir a partos y cuidar a las madres, tanto en el hospital como en sus casas.
Uno de sus momentos más difíciles fue cuando una mujer llegó al hospital después de horas de trabajo de parto en casa, ya inconsciente. Hellen y el equipo hicieron todo lo posible, pero ni la madre ni el bebé sobrevivieron. “La sensación de impotencia fue devastadora”, diría Hellen más tarde. Pero también fue un recordatorio del trabajo crucial que las parteras hacen en un país donde los hospitales son pocos y los recursos limitados.
La joven estudiante de antaño ahora dirige la sala de maternidad del hospital, proporcionando cuidados esenciales a madres e hijos. Hellen, que antes aspiraba a aprender, ahora tiene las manos expertas que salvan vidas a diario. En esta zona rural, donde los recursos médicos son escasos, su presencia se ha convertido en un faro de esperanza, en una línea vital para las madres y sus bebés.
Aunque lejos de su hogar original, Mvolo la ha acogido como una de los suyos. Y Hellen va más allá de las paredes del hospital: realiza chequeos prenatales en chozas de paja y casas humildes. Sudán del Sur enfrenta una de las tasas de mortalidad materna más altas del mundo, y la labor de parteras capacitadas como Hellen es indispensable. Ellas no solo garantizan cuidados prenatales y partos seguros, sino que también ofrecen apoyo postnatal. Son el pilar fundamental de la atención maternal e infantil en áreas desatendidas, llevando no solo habilidades vitales, sino también amor y compasión a las madres que cuidan.
Sudán del Sur, una nación marcada por conflictos y pobreza extrema, tiene uno de los índices de mortalidad materna más altos del mundo. Sin embargo, Hellen decidió no solo ser una espectadora de esta tragedia, sino una agente de cambio. Estudió en el Maridi Health Sciences Institute, donde además de adquirir conocimientos médicos, asumió la responsabilidad de asistir a partos y cuidar a las madres, tanto en el hospital como en sus casas.
Amref Health Africa/Steve Kagia/2024
Uno de sus momentos más difíciles fue cuando una mujer llegó al hospital después de horas de trabajo de parto en casa, ya inconsciente. Hellen y el equipo hicieron todo lo posible, pero ni la madre ni el bebé sobrevivieron. “La sensación de impotencia fue devastadora”, diría Hellen más tarde. Pero también fue un recordatorio del trabajo crucial que las parteras hacen en un país donde los hospitales son pocos y los recursos limitados.
La joven estudiante de antaño ahora dirige la sala de maternidad del hospital, proporcionando cuidados esenciales a madres e hijos. Hellen, que antes aspiraba a aprender, ahora tiene las manos expertas que salvan vidas a diario. En esta zona rural, donde los recursos médicos son escasos, su presencia se ha convertido en un faro de esperanza, en una línea vital para las madres y sus bebés.
Aunque lejos de su hogar original, Mvolo la ha acogido como una de los suyos. Y Hellen va más allá de las paredes del hospital: realiza chequeos prenatales en chozas de paja y casas humildes. Sudán del Sur enfrenta una de las tasas de mortalidad materna más altas del mundo, y la labor de parteras capacitadas como Hellen es indispensable. Ellas no solo garantizan cuidados prenatales y partos seguros, sino que también ofrecen apoyo postnatal. Son el pilar fundamental de la atención maternal e infantil en áreas desatendidas, llevando no solo habilidades vitales, sino también amor y compasión a las madres que cuidan.
Amref Health Africa/Steve Kagia/2024
Amref Health Africa/Steve Kagia/2024
Amref Health Africa/Steve Kagia/2024