La negociación de métodos anticonceptivos y prácticas sexuales no solo es esencial para asegurar una experiencia sexual segura y satisfactoria, sino que también requiere el desarrollo de habilidades y herramientas específicas. Es fundamental adquirir competencias en comunicación abierta y honesta, permitiendo que cada persona exprese sus preferencias, límites y preocupaciones sin temor al juicio. Aprender a escuchar activamente y respetar los puntos de vista del otro facilita la construcción de acuerdos que reflejen las necesidades y deseos mutuos. Además, es crucial informarse adecuadamente sobre las opciones disponibles para tomar decisiones basadas en conocimiento, alejándose de suposiciones o presiones externas. La capacidad de negociar de manera efectiva se consolida como una herramienta continua que se adapta a los cambios y circunstancias en la relación, priorizando siempre el consentimiento y el bienestar de todas las personas involucradas.
Los preservativos son muy efectivos para prevenir embarazos y las ITS, son un excelente método anticonceptivo, ya que son económicos, discretos y fáciles de conseguir. También son fáciles de llevar consigo y tener siempre uno cerca. Por otro lado, los condones no tienen que ser esta cosa mundana, colocarse un preservativo puede ser tan erótico como una mirada o un susurro, también puede ser divertido usarlos porque hay muchos tipos diferentes, así como muchas formas de sacarles placer.
A pesar de esto, a muchas personas les da miedo hablar con sus parejas sobre usar condones. Temen que su pareja se moleste y esto pueda afectar o terminar su relación, porque se asume que pedir el uso del condón es señal de desconfianza o falta de amor; sin embargo, todo lo contrario, cuidar de la gestión de la salud sexual de la pareja es un acto de amor y respeto.
A diferencia de lo que sucedía hace unos años, hoy es muy común que las personas se relacionen con más de una pareja sexualmente, las hay de una noche, unos meses, unos años y toda la vida. En parejas duraderas en el tiempo, pedir el uso de condones o pruebas de ITS, lejos de significar que se desconfía del otro, puede verse como el reconocimiento y aceptación del currículo sexual del otro y verse como un acto de amor hacia uno mismo y hacia ambos, pues se está velando por el bienestar y la salud propia y ajena.