Productos de gestión del sangrado (I)

Productos de gestión del sangrado (I)

Los productos de higiene menstrual, llamados así por la publicidad y la industria, preferimos llamarlos productos menstruales  o productos de gestión del sangrado. El término “higiene menstrual” contribuye a estigmatizar la menstruación y a mostrarla como algo sucio. Hay un montón de opciones diferentes y puedes escoger la que más te convenga:

El Síndrome del Shock Tóxico (SST) es una infección causada por bacterias que puede propagarse muy rápidamente Puede presentar síntomas como fiebre, escalofríos, dolores musculares, náuseas o vómitos y si no se trata puede llegar a provocar la muerte. El uso de tampones en sí no genera este Síndrome, sino que cuando una persona con un flujo moderado a alto no cambia su tampón con asiduidad, promueve, sin quererlo, la proliferación de bacterias dentro de la vagina. En resumen, un tampón que ya ha absorbido suficiente sangre o flujo menstrual o que lleva más de 4 u 8 horas en la vagina, dependiendo del flujo, debe reemplazarse cuanto antes porque crea el ambiente perfecto para una infección vaginal.

 

Tampones desechables: una de las opciones más tradicionales. Los tampones desechables son fáciles de usar: se colocan en el interior de la vagina (los hay con aplicador o sin aplicador) y recogen la sangre. Los hay de diferentes tamaños en función de la cantidad de flujo, pero deben cambiarse frecuentemente y nunca más tarde de 8 horas pues pueden contribuir al Síndrome del Shock Tóxico. Presentan el inconveniente de que están fabricados con materiales que generan subproductos químicos que pueden liberarse en nuestra vagina y causar efectos perjudiciales. En contraposición, se encuentran fácilmente en todos los supermercados o farmacias. Sin embargo, a largo plazo no son la alternativa más asequible ni la más ecológica, ya que los residuos generados producen un gran impacto medioambiental.

 

 

Tampones reutilizables: aún son bastante desconocidos y su uso está poco extendido. Se trata de unos tampones confeccionados con algodón y otros tejidos muy absorbentes que no dejan fibras ni residuos en la vagina. Constan de una tela que se enrolla sobre sí misma y que se fija atándose con un cordón que debe sobresalir por la vagina para su posterior extracción. Existen diferentes tallas para ajustarlos al nivel del sangrado, como en las opciones desechables. En su primer uso y siempre antes de utilizarlos deben lavarse y hervirse. Se pueden lavar en lavadora o a mano, siempre con agua fría, evitando suavizantes y dejándolos secar al sol. El cambio se realizará cada 4 o 5 horas con las manos muy limpias y un ambiente higiénico. Estos tampones tampoco evitan el SST, pero suponen una alternativa más económica, más beneficiosa para el cuerpo y más ecológica.

 

 

 

 

Compresas desechables: igual que los tampones desechables, son la opción más habitual y se encuentran con facilidad, pero no constituyen la opción más saludable para el cuerpo (pues su fabricación a base de una mezcla de plásticos y celulosa, así como de varios subproductos químicos y adhesivos pueden generar desde picor e irritación en la zona genital como efectos más perjudiciales a largo plazo), tampoco son la más asequible ni la más ecológica. Son sencillas de usar, pues se adhieren a las bragas a través de un adhesivo y existen diversas presentaciones (con o sin alas, anchas o compactas, etc) en función de cada ocasión y cantidad de sangrado. Igual que los tampones, deben cambiarse con regularidad.

 

 

 

 

 

Compresas de tela: son la alternativa más asequible, saludable para el cuerpo y ecológica, a la versión desechable. Están fabricadas de algodón o algodón orgánico y también tienen diferentes presentaciones y tamaños. La capa inferior es impermeable y transpirable, para evitar que la sangre permee. El procedimiento de lavado es igual que el de los tampones reutilizables: en lavadora o a mano pero siempre con agua fría, sin usar suavizantes (preferiblemente jabón neutro) y secando al sol.

 

 

 

 

 

 

Copa menstrual: la copa menstrual es un recipiente de silicona médica, plástico quirúrgico o TPE (elastómero termoplástico) que se coloca al fondo de la vagina y funciona como recolector de sangre. Presenta la ventaja de que es muy económica (cuesta entre 10€ y 30€ y tiene una duración de hasta 10 años), muy ecológica y muy cómoda. Puedes llevarla durante hasta 12 horas y también hay varios tamaños. Cada marca suele incluir una guía para elegir el mejor tamaño para ti pero, en líneas generales, la talla S suele estar indicada para quienes no hayan tenido relaciones sexuales con penetración; la talla M, para quienes sí hayan tenido relaciones sexuales con penetración pero no hayan tenido un parto vaginal; y la talla L para quienes hayan tenido un parto vaginal. Es importante usar la copa en condiciones higiénicas.

Para ello, la copa debe lavarse y esterilizarse en su primer uso y antes de cada ciclo. Durante los cambios en el ciclo, solo es necesario eliminar la sangre y lavar con agua y jabón (lo más natural posible) para volver a introducirla. Su colocación en la vagina solo requiere de entrenamiento, práctica y relajación que no haga que las paredes vaginales se tensen, al igual que el uso de un tampón. Para introducirla lo primero es plegarla (o bien en forma de C o introduciendo unos de los bordes hacia el fondo). Una vez plegada se introduce en la vagina buscando que quede debajo del cérvix o cuello del útero. Al soltarla, la copa se despliega y queda abierta haciendo vacío. Para extraerla debemos presionar el fondo de la copa para quitar el vacío y extraer en vertical para evitar que la sangre recolectada se derrame.