Expectativas sociales y de género: análisis de las normas de género

Mientras que la feminidad se asocia con la pasividad, la dependencia, la obediencia, la intimidad y aspectos de la vida privada, como el cuidado y la afectividad, que son tareas de reproducción, que no generan bienes materiales. Además, se espera que ella sea exitosa en el ámbito privado, se les ha educado a que su fuente de autoestima provenga de ahí. También a las mujeres, desde la socialización tradicional se han reprimido sus libertades y ambiciones, reciben poco estímulo y mucha protección, para poder sentir que pertenecen al ámbito privado.

 

Esto no es necesariamente malo en sí mismo, aunque ni el ámbito privado es esencialmente negativo ni el público de forma natural positivo, el problema está en que el prestigio social de cada uno de estos dos mundos ha sido y es aún hoy en día claramente diferente. El problema surge en la estructura social y sistema económico actual, donde el trabajo tradicionalmente asignado a las mujeres no es valorado de la misma manera, y en cambio el de los hombres sí tiene valor, lo que contribuye a la desvalorización de las mujeres en otros ámbitos.

 

En todo este proceso se fomentan aprendizajes diferenciados en cuanto a responsabilidades, habilidades y destrezas, además los obstáculos o restricciones que la sociedad impone a las mujeres por el hecho de ser mujeres, terminan siendo aceptadas por ellas mismas. Es decir, las limitaciones externas se convierten en barreras internas, lo que a su vez permite que esas mismas barreras externas continúen existiendo.

 

Los procesos de socialización han sido diferentes, en el caso de las mujeres, todo lo que tiene que ver con el amor, las creencias, los mitos, forma parte y con mucha fuerza de la socialización femenina, hasta el punto de convertirse en un eje vertebral del proyecto vital de la feminidad tradicional. Por esto, un área imprescindible del análisis de la desigualdad y la violencia de género es la creencia compartida en torno al concepto del amor romántico. Porque es el amor romántico lo que ha fomentado y fomenta, los roles de género diferenciados que mujeres y hombres han ido ejerciendo a lo largo de generaciones dentro de sus relaciones afectivas y/o sexuales. El concepto del amor romántico, no es algo extraño a la socialización de género, sino más bien, impulsado y sostenido por ella. El amor romántico es una idealización de las relaciones afectivas, que se basa en la pasión y la creencia de que el amor todo lo puede. Es un concepto que genera expectativas irreales y contribuye a la desigualdad.