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Aliado

Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)

Líneas de Actuación

Salud e igualdad de género

Contexto

Etiopía ocupa el lugar 97 de 156 países en términos de brecha de género. Las mujeres están fuertemente desfavorecidas en alfabetización, salud, medios de vida y DD.HH.

La región de Afar sigue siendo de las regiones con peores indicadores sanitarios del país. Tiene una de las tasas de natalidad más altas entre adolescentes (20%), la edad media más baja al casarse (16,4 años) y la edad media más baja de la primera relación sexual ( 16,2 años). El uso de métodos anticonceptivos modernos es sólo del 13%, los partos en los centros médicos del 28,3% y la tasa de mortalidad de menores de 5 años es de 58 muertes por 1.000 nacidos vivos.

Estos indicadores reflejan una realidad regional específica, caracterizada por un conjunto de fenómenos socioculturales interrelacionados que incluyen prácticas tradicionales nocivas muy extendidas, como el matrimonio precoz y forzado, así como la Mutilación Genital Femenina.

Objetivos

El objetivo del proyecto es contribuir a mejorar los derechos de las mujeres y niñas en la región de Afar. En concreto, pretende empoderar a los titulares de derechos a través de una mayor concienciación y conocimiento sobre las desigualdades de género y derechos de las mujeres al adquirir habilidades y recursos necesarios para mejorar sus vidas.

El proyecto empodera a las mujeres y niñas en la región de Afar para que vivan libres de violencia, tengan acceso a educación, salud y oportunidades económicas, y puedan liderar el cambio en sus comunidades. Buscamos prevenir la Mutilación Genital Femenina, el matrimonio infantil y otras formas de violencia de género a través de un enfoque integral y sostenible.

Personas Beneficiarias

El colectivo meta lo componen titulares de derechos directos –3.500 mujeres, 2.900 alumnas de escuelas primarias y secundarias y  5.250 jóvenes del distrito de Dubti-. Otros miembros de la comunidad, parejas, padres, líderes comunitarios, religiosos, organizaciones comunitarias, se beneficiarán indirectamente.

Más de 11.500 personas ya están implicadas en este cambio real que empodera, protege y da voz a quienes más lo necesitan.

Cómo lo logramos
Trabajamos con líderes comunitarios para transformar normas sociales nocivas; con escuelas para mejorar la asistencia escolar y la salud menstrual; con centros de salud para ofrecer atención de calidad a víctimas de violencia; y con mujeres emprendedoras para que generen ingresos propios. Así fortalecemos el bienestar, la autonomía y el futuro de toda la comunidad.

Fotografías