Antes de hablar de métodos anticonceptivos, es esencial reflexionar sobre cuestiones más profundas, como lo que implica ser madre o padre o si éste es el momento adecuado para asumir esa responsabilidad. Planificar la vida reproductiva no sólo implica evitar embarazos no deseados, sino tomar decisiones conscientes sobre el futuro, alineadas con los propios deseos y metas. Pensar en estas preguntas ayuda a las personas jóvenes a tomar decisiones informadas y adecuadas a su situación personal, permitiéndoles controlar su salud y bienestar de manera proactiva.
Cuando se habla de sexualidad, esta se refiere a la forma particular y única que las personas viven, se expresa y se relacionan como los hombres y las mujeres que son, la sexualidad de cada persona es única, e involucra mucho. Las personas son seres sexuados y, por ende, la sexualidad también abarca los sueños, las fantasías, los ideales, da placer y alegría. Incluye aprender a pensar, planear, posponer, desarrollar valores y tomar decisiones. Hay tantas formas de ser hombre y mujer y esa diversidad es importante y valiosa.
La mayor parte de los métodos anticonceptivos responden a la pregunta “¿quiero ser madre o padre ahora mismo?” y permiten controlar la capacidad reproductiva y decidir si se quiere retrasar la maternidad, o la paternidad hasta otro momento. Esto no significa -salvo en el caso de algunos métodos, como los definitivos- que se renuncia a la posibilidad de ser madres o padres en el futuro. Sino que, lo que hacen las personas que toman anticonceptivos es tomar decisiones con base en los deseos y las circunstancias que tienen actualmente.
El deseo de ser madre, de concebir, gestar, parir, dar pecho, así como el deseo de ser padre, de criar a un hijo o hija, es experimentado por muchas personas. Es un deseo real que existe como una idea en la cabeza o como una certeza en lo más profundo del ser. También hay mujeres que nunca llegan a experimentarlo, algunas lo sienten cuando ya están embarazadas, así como también hay hombres que nunca llegan a experimentarlo, o incluso algunos lo sienten cunado ya han concebido un bebé. Pero también es importante mencionar que el deseo de ser madre o padre no es una característica que todas las apersonas tengan, hay muchas personas, hombres y mujeres que no llegan a experimentar este deseo y también está bien. Así como también está muy bien quienes deciden no tener hijos/as, y dedicar su energía creativa a otros proyectos vitales. Esta es una decisión que debe ser respetada y puesta el valor, como cualquier otra elección vital. Estas decisiones son muy íntimas y personales y cada persona lo vive y siente a su manera. En países como el nuestro, la mayoría de las mujeres que tienen descendencia, deciden postergar la maternidad, siguiendo una tendencia de planificación familiar más tardía. Esto responde a diferentes situaciones, como el asegurarse de estar emocional y económicamente, preparadas para asumir la maternidad, entre muchas otras características personales. Sin embargo, algunas mujeres desde la adolescencia ya sienten el deseo de ser madres, y, en realidad, la posibilidad de ser madre existe desde el primer momento que se empieza a menstruar. De hecho, en muchas culturas, muchas mujeres tienen su primer hijo antes de llegar a los veinte años. Hay muchas maneras de vivir la vida y ejercer o no la maternidad en el mundo.
Ser padre o madre no significa solamente tener la capacidad para concebir, o haber concebido un bebé, para ser padre o madre es preciso muchísimas más cosas: es criar a otra persona, es amarla, es cuidarla, es apoyarla, es alimentarla, es escucharla, también es limpiarla con amor, es levantarse mil veces por la noche cuando se está exhausta/o de sueño y con un humor de perros. Ser padre o madre es mostrarle la belleza del mundo, ilusionarse con sus logros y aprendizajes, compartir sus ganas de vivir. También es abrazarlo/a cuando está triste, cuando no comprende nada, cuando está enojado/a, rabioso/a, angustiado/a. Ejercer la maternidad y paternidad tiene que ver con poner límites, decir que no cuando sea necesario, educar sobre el respeto, la justicia, y las desigualdades. Es dejarse inundar por su amor incondicional, es querer a otro ser con toda el alma. Maternar y paternar es algo muy bonito, pero también es algo agotador.
Una cosa es sentir el deseo de ser madre o padre y otra cosa, es serlo. La maternidad y la paternidad son experiencias preciosas, pero también son una gran responsabilidad que requiere de mucho tiempo y energía, así que no deberían ser decisiones tomadas a la ligera. Por lo que es importante reflexionar si se está en condiciones de cubrir todas las necesidades de un bebé en el plano emocional y financiero, así como las propias.