Placeres seguros, diversión asegurada

Placeres seguros, diversión asegurada

Hablamos de placeres, en plural, porque hay muchas maneras de experimentarlos y cada persona siente placer a su manera. Los estímulos que recibimos a través de los sentidos y son interpretados por nuestro cerebro como placenteros, nos producen sensaciones y emociones positivas. Beber agua cuando tenemos sed, dormir en cucharita con alguien de confianza, observar un paisaje precioso o recibir una caricia deseada, pueden ser experiencias enormemente placenteras. En este apartado vamos a centrarnos en un tipo muy concreto de placer: el placer sexual.

Fuente: Guía de la
colección sobre derechos sexuales y reproductivos de las
mujeres jóvenes

Te invitamos a dibujar tu mapa corporal de los placeres. Puedes emplear una silueta ya existente o dibujar una con la que te identifiques. A continuación, marca las zonas erógenas que te producen placer. Si todavía no tienes claro cuáles son, puedes buscar un espacio de intimidad, en un momento de tranquilidad, ponerte una música que te guste y explorar mediante el tacto sobre tu cuerpo, qué zonas te producen más placer. Sabemos que los genitales son muy sensibles al placer, por eso te invitamos a que explores más allá de estos. ¡Siempre es buen momento para conocerse un poco más!

 

¿Qué es el placer sexual?

Es el conjunto de sensaciones que nos producen disfrute y que satisfacen nuestro deseo y nuestra excitación sexual. Estas pueden ser experimentadas de forma individual (autoerotismo) o compartida con otra(s) persona(s). El placer sexual es procesado a través de los sentidos por el cerebro (¡el órgano sexual más importante!) y va mucho más allá de la estimulación de los genitales. La mente está completamente involucrada en el placer sexual, pues necesita de la clave erótica para sentirlo y procesarlo como tal.