Relaciones tóxicas y violencia de género: diferencias clave entre ambas dinámicas

Muchas veces escuchamos hablar de «relaciones tóxicas» para describir comportamientos dañinos en las parejas, pero es importante reconocer que lo que a menudo llamamos «tóxico» puede ser, en realidad, violencia de género. En las relaciones románticas, especialmente entre personas jóvenes, se normalizan dinámicas de control, celos y manipulación bajo la idea del «amor romántico».

Este mito del amor que crea expectativas idealizadas sobre el sufrimiento y el sacrificio, y es problemático porque puede llevar a las personas a aceptar relaciones donde el bienestar personal se sacrifica en nombre del amor, fomentando la dependencia emocional y perpetuando dinámicas destructivas. El mito del amor romántico está en el centro de muchas formas de violencia de género.

El abuso puede ser difícil de ver, especialmente cuando hablamos de la propia relación de pareja, puede comenzar lentamente y no siempre es físico. Una relación tóxica es aquella en la que sus miembros experimentan dinámicas dañinas, las relaciones tóxicas están caracterizadas por la manipulación, el control excesivo, la falta de respeto, la dependencia emocional, la comunicación agresiva, todos estos comportamientos prejudiciales afectan al bienestar emocional y psicológico. Pero, las relaciones con violencia de género, por otro lado, conllevan un riesgo mucho mayor para la seguridad y la integridad física, la violencia de género implica actos agresivos que están arraigados en dinámicas de poder desiguales.