Recursos y herramientas frente a la violencia de género: focos rojos para detectar y servicios de emergencia

Actuar frente a la violencia de género requiere contar con información sobre las herramientas y recursos disponibles para detectar, denunciar y apoyar a las víctimas. Es crucial aprender a identificar las señales de alerta en una relación abusiva o en situaciones de violencia, así como conocer los canales adecuados para denunciar de manera segura. Además, ofrecer apoyo emocional y práctico a quienes sufren violencia puede marcar una gran diferencia en su proceso de recuperación.

Este módulo se enfoca en proporcionar estrategias concretas para acompañar de manera efectiva, además de familiarizarse con las redes de apoyo, servicios de emergencia, y profesionales que pueden intervenir para proteger y asistir a las víctimas.

 

Identificar las señales de alerta de la violencia de género es importante para reconocer situaciones que tienen la potencialidad de ser peligrosas y tomar medidas adecuadas. Hay ciertos comportamientos, actitudes, o comentarios que son manifestaciones de violencia, como:

  • Ignorar o desprecia los sentimientos de la pareja con frecuencia.
  • Ridiculizar, insultar o despreciar a las mujeres en general.
  • Humillar, gritar o insultar en privado o en público.
  • Amenazar con hacerle daño, o a algún miembro de la familia.
  • Agredir alguna vez físicamente.
  • Aislar de familiares y/o amistades.
  • Forzar a mantener relaciones sexuales, o prácticas eróticas en contra de la voluntad.
  • Controlar el dinero y tomar decisiones por sin consultar.
  • No permitirte trabajar o estudiar.

 

  • Qué hacer ante una agresión

Primero es importante que no creas que la agresión que te acaban de hacer, es normal, porque es habitual. Solemos pensar que también les ha pasado a otras chicas, y si es verdad que muchas mujeres son agredidas, eso no le resta importancia a lo que te ha sucedido.

Ante una agresión recibida, pueden surgir sentimiento que impulsan a ocultarlo. Pero esfuérzate por vencer la vergüenza, el miedo, el bloqueo. No tengas miedo al “qué dirán” y cuéntale a alguien en quien confíes o a una amiga, lo que te ha pasado y pídele que te ayude.

Nunca, pero nunca te auto culpabilices. Eres la agredida no la responsable de la agresión.

Ten valentía para criticar con energía el comportamiento de quien te ha agredido. Ellos casi siempre se defenderán echándote a ti la culpa y diciendo que son inocentes, pero tú, sigue firme con tu denuncia, porque tú eres la que mejor sabes cómo has sido agredida.

Denuncia la agresión, ante tu familia, el Centro escolar, el Centro médico o lugar que veas más conveniente según cada caso.

  • Herramientas para romper y salir de una relación que no nos gusta

Cuando nos encontramos en una situación en la que no deseamos continuar con una relación de pareja, pero no sabemos cómo dar los primeros pasos, es importante contar con personas cercanas en las que confiemos o acudir a otros que nos ayuden a expresar lo que nos sucede y que a veces no sabemos cómo nombrar, como amistades, familiares o docentes.

 

“Sin ti no soy nada”

Es importante entender que los desenlaces de las relaciones no siempre se parecen a lo que vemos en las películas, a la idea que tenemos sobre lo que deberían ser. Cada relación es única. Romper una relación no es un fracaso, sino que en muchos casos puede ser un éxito. Sobre todo, es muy importante entender que lo que somos no nos lo da nadie, lo somos por nosotras mismas y nosotros mismos. Las relaciones deben sumar, no restar. Somos seres completos estemos sen una relación o no.

“Si lo dejo me quedo sola”

El aislamiento que se produce en muchas parejas, en la que hubo violencia, provoca el miedo a abandonar una relación de pareja por temor al sentimiento de dependencia o reticencia al cambio. Por eso, las amistades, el grupo de iguales es un refuerzo positivo para romper una relación que no nos agrada. Estas redes sociales ofrecen perspectiva, validación y aliento, recordando a la persona que no está sola y que hay alternativas. Además, contar con el respaldo de amigas y amigos, así como familiares u otros adultos de confianza nos empodera para tomar decisiones más saludables.

“¿Y si se va con otra?”

Al igual que los hombres, las mujeres entran en uniones posesivas en las que se piensan que su pareja les pertenece. Pero las personas no tienen propiedad y siempre es mejor fomentar relaciones basadas en la confianza y el respeto mutuo. La idea de posesión puede llevar al miedo y a la inseguridad, haciendo que las personas sientan que su valor depende de mantener a su pareja a su lado. Es más saludable construir vínculos en los que ambos puedan crecer y desarrollarse de forma independiente.

“Ya lo he hecho con él”

Éste es otro lazo que muchas mujeres se plantean a la hora de romper con relaciones no deseadas. Esto está muy relacionado con la construcción de la virginidad y la sexualidad de las mujeres. Es una forma de control de los cuerpos y las vidas que habría que erradicar a nivel más amplio. La virginidad no existe, es una construcción social que daña mucho. Lo que si existe son los encuentros eróticos, que son mucho más que una penetración pene-vagina. Los encuentros eróticos son cualquier tipo de práctica erótica, como: los besos, las caricias, abrazos, la masturbación, el sexo oral y anal, masajes… todo esto tiene mucho valor. Y mucho menos tener relaciones sexuales con alguien no justifica permanecer en una relación violenta.

“Me da pena dejarlo”

Muchas veces confundimos la pena con la culpabilidad, otra de las armas patriarcales del control hacia las mujeres. El sentimiento de culpa que se puede sentir por romper una relación no es en ningún modo equiparable a los sentimientos que tenemos cuando mantenemos relaciones que no nos gustan. Por otra parte, antes de pensar en la otra persona debemos pensar en nosotras mismas, éste es uno de los grandes retos.