¿En qué momentos has estado así?
Como anticipábamos en la introducción de la unidad, las emociones desempeñan un papel crucial en nuestra vida cotidiana. Aprender a reconocerlas y gestionarlas es esencial para el desarrollo humano, ya que en cualquier situación diaria necesitamos poner en práctica estas habilidades. Esto es aún más importante en contextos relacionados con la sexualidad.
Tómate unos minutos y recuerda algunos momentos de tu vida en los que tu expresión se parece a la de las imágenes arribas.
Entonces, ¿qué son las emociones?
En palabras muy sencillas: Son respuestas a estímulos significativos que se producen en tres sistemas o componentes:
- Neurofisiológico- bioquímico
- Motor- conductual
- Cognitivo o experiencial
Siguiendo a Mora (2011) la emoción es ese motor que todos llevamos dentro. Una energía codificada en ciertos circuitos neuronales localizados en zonas profundas de nuestro cerebro (en el sistema límbico) que nos mueve y nos empuja «a vivir», a querer estar vivos en interacción constante con el mundo y con nosotros mismos. Circuitos que, mientras estamos despiertos, se encuentran siempre activos, en alerta, y nos ayudan a distinguir estímulos importantes para nuestra supervivencia.
Las emociones cumplen muchas y variadas funciones que se pueden resumir en los siguientes siete pilares básicos:
- Sirven para defendernos de estímulos nocivos o aproximamos a estímulos placenteros o recompensantes, además, las emociones son motivadoras.
- Hacen que las respuestas del organismo (conducta) ante acontecimientos (enemigos o alimento) sean polivalentes y flexibles. Así que son de más utilidad para la supervivencia del individuo y de la especie.
- Las emociones sirven a las funciones del punto primero y segundo «alertando» al individuo como un todo único ante el estímulo especifico.
- Mantienen la curiosidad y con ello el interés por el descubrimiento de lo nuevo.
- Sirven como lenguaje para comunicarse unos individuos con otros.
- Útiles para almacenar y evocar memorias de una manera más efectiva.
- Las emociones y los sentimientos son unos mecanismos que juegan un papel importante en el proceso de razonamiento.
Emociones básicas
Se atribuye a Descartes la primera utilización de la expresión “emociones básicas”, en su célebre Tratado de las pasiones del alma. Como resultado de sus reflexiones Descartes propuso la existencia de seis emociones primarias que son comunes a todos los seres humanos: admiración, amor, odio, alegría, tristeza y deseo. El resto de las posibles emociones es, según el filósofo, una combinación de estas seis. (Cantillo & Yáñez-Canal 2020).
Para Izard (1977) las emociones básicas son precisamente aquellas que se caracterizan por tener sustratos neurobiológicos más antiguos, poseen un componente expresivo de carácter evolutivo y capacidades universales específicas para regular y motivar la cognición y la acción.
Vigotsky (1979), postuló que las emociones básicas emergen principalmente durante el primer año de desarrollo mientras que las complejas lo hacen mucho después (entre los 18 meses y los cuatro años), y solo cuando se han cumplido los prerrequisitos cognitivos arriba señalados.
Ekman (1999) es quizá uno de los investigadores que más ha intentado aclarar las características que comparten todas las emociones básicas, aunque en cada una de ellas adquieren connotación, significación y manifestaciones particulares.
Hay múltiples posturas sobre cuáles son las emociones básicas:
- La postura clásica (la de Ekman) menciona la existencia de 6 emociones básicas que incluye miedo, enojo, sorpresa, alegría, tristeza y asco.
Acompañar con imágenes de la expresión corporal de cada emoción.
Dato curioso:
¿Has visto la película INSIDE OUT 1?
¿Reconoces las emociones que aparecen en esa película?
¿Sabías que Pixar se basó principalmente en las emociones básicas de Paul Ekmam? Sin embargo, eliminaron «sorpresa» porque podría ser redundante con miedo y alegría en términos narrativos, y simplificaron el grupo para facilitar el desarrollo de la historia. (Paul Ekman Group, 2015)
Hay otra teoría relacionada con Inside Out es la propuesta por Dacher Keltner de University of California, Berkeley, sobre las de 27 emociones (2017) participó como consultor científico en la película.
Además de la clasificación de la postura clásica, mira a continuación una tabla que agrupa algunas de ellas:
(Cantillo & Yáñez-Canal 2020).
¿Reconoces cuáles son las emociones que se repiten en una clasificación y otra?
Más allá de señalar que existe un acuerdo general en la clasificación de las emociones básicas, el consenso está relacionado a que estas se acompañan de manifestaciones corporales visibles y de formas cognitivas muy elementales.
¿Y qué tal si ahora profundizamos en las emociones complejas?
Estas urgen cuando un individuo evidencia conductas que transgreden una norma moral, “de tal forma que las emociones se activan en presencia del sentimiento de aprobación o desaprobación que surge frente a la percepción de diferentes conductas humanas” y que se expresan generalmente en términos de deber, obligación o recomendación.
Estas emociones morales pueden ser de carácter negativo o positivo y expresadas como reacción a conductas en el ámbito personal o de sus congéneres (Pinedo y Yáñez, 2020)
Puedes conocer más de este tema en las fuentes bibliográficas de la unidad.
Cierre:
Las emociones en sí mismas no son buenas o malas. No pueden serlo. Pueden ser incómodas, sí, especialmente cuando no las entendemos, pero existen por algo.
El objetivo no es juzgarlas, sino entenderlas, pues una vez que tenemos una idea de lo que sucede en nuestros cuerpos cuando se manifiestan las emociones es mucho más fácil navegarlas.
El manejo emocional en la vida sexual implica, entre otras cosas, la capacidad de comunicarse de manera efectiva sobre los deseos y límites propios, así como escuchar y respetar los de los demás. La comunicación abierta sobre los sentimientos y las expectativas sexuales no solo mejora la calidad de las relaciones, sino que también contribuye al desarrollo de una autoestima sexual saludable. Saber expresar lo que necesitamos y sentirnos escuchados puede reducir la ansiedad o la incomodidad que, a veces, acompañan las experiencias sexuales.